Fecha: 
Martes, 19 Septiembre 2017 - 7:00pm
Nombre de la Persona: 
Evo Morales Ayma
Discurso: 

Hermano Secretario General de las Naciones Unidas, hermano Presidente de la Asamblea General; hermanas y hermanos jefes de Estado y de gobiernos, hermanas y hermanos de las delegaciones presentes y a organismos internacionales.

A nombre del pueblo de Bolivia expresar toda nuestra solidaridad al pueblo de México, consternados por lo sucedido hoy en la tarde con el terremoto. Expresar nuestra fuerza, con hermandad enfrentar los problemas que se presentaron en México.

Hermanas y hermanos, nuevamente los líderes del mundo nos reunimos en el histórico salón de la Asamblea General de Naciones Unidas; nuevamente nos encontramos para expresar nuestras posiciones sobre grandes desafíos que enfrenta nuestra familia, la familia humana. La ONU, como reza la Carta de las Naciones Unidas, fue creada para preservar a las generaciones venideras de la guerra, para promover el progreso social y elevar el nivel de vida de todas y de todos. Lamentablemente muchas de estas promesas no se convirtieron en realidad, y después de más de 70 años vemos que en muchos casos, en lugar de avanzar hacia esos objetivos, hemos retrocedido.

Como lo hemos afirmado en muchas oportunidades, producto de prácticas abusivas del imperialismo, del mercado de consumo salvaje que sostiene al capitalismo y las interminables aventuras colonialistas, el mundo está atravesando una multiplicidad de crisis que, en lugar de ir resolviéndose, van empeorando. La guerra y los conflictos violentos siguen siendo el flagelo de millones de personas; producto de agresiones externas en Irak se ha provocado hasta ahora más de un millón de muertos, en Siria casi medio millón de personas han perdido la vida, en Libia decenas de miles han sido asesinadas y en Yemen la crisis humanitaria es de grandes proporciones.

La historia ha demostrado que con el objetivo de apropiarse de recursos naturales y de controlar geopolíticamente al mundo se despliegan las bases militares, se organizan invasiones y se provoca la caída de gobiernos para crear caos y beneficiarse de esa situación. Muchas de esas invasiones han alimentado la aparición de grupos terroristas que desatan la confrontación violenta y atentados en poblaciones civiles causando aún más daño a víctimas inocentes. Bolivia condena el terrorismo y llama a combatirlo resolviendo también las causas estructurales de su surgimiento.

Hermanas y hermanos, a esta terrible situación se suma la crisis climática, nuevamente alertamos que este año ha sido el más caliente de la historia del planeta. Huracanes, terremotos, inundaciones, sequías, contaminación del aire, de los océanos y la consecuente extinción de especies son producto del modelo capitalista, de los niveles de consumo y de la industrialización desmedida. En esta situación los países del Sur, los que menos contaminamos, somos los que más sufrimos las consecuencias; es imprescindible que todos los países se adhieran a los Acuerdos de París para asumir conjuntamente los enormes desafíos para salvar el planeta.

Es injustificable e inadmisible que Estados Unidos haya decidido darle la espalda al Acuerdo de París como uno de los principales contaminadores al rechazar sumarse al esfuerzo global, su gobierno se ha convertido en una amenaza contra la Madre Tierra. Es necesaria una voluntad política unívoca, no podemos esperar que sean las fuerzas del mercado las que finalmente convenzan a los líderes del mundo capitalista y tomar acción.

Hacemos llegar nuestro abrazo de solidaridad a nuestros hermanos del Caribe que sufren las consecuencias del paso de huracanes, juntos todos como familia unida compartiremos lo que tenemos, aunque sea poco.

Hermanas y hermanos de las Naciones Unidas, nuestros ríos, los mares, nuestras selvas, la ciencia nos da pruebas irrefutables y nos convoca a actuar. El agua es la sangre de la Madre Tierra que alimenta de vida a ríos, lagos, mares, océanos son fuente de vida y generan equilibrio, son bienes comunes universales que cubren tres cuartas partes de nuestra casa, baña las costas de todos los continentes y las islas de la tierra. Lo hacen naturalmente, sin distinguir fronteras políticas ni nacionalidades, se debe respetar, cuidar, compartir y preservar para futuras generaciones. Bolivia ha promovido el reconocimiento del agua como un derecho humano para la sobrevivencia de la humanidad, por ello nuestra Constitución también prohíbe que sea objeto de lucro o de mercantilismo.

El uso del agua debe allanar el camino para oportunidades que promuevan la colaboración, la interacción y la armonía entre los pueblos, y no para provocar conflictos sobre su origen, propiedad o uso. Es con ese espíritu, resguardando los Derechos Humanos, derechos soberanos de nuestros recursos naturales y en procura de acuerdos de buena vecindad, que Bolivia espera resolver sus diferencias sobre las aguas del Silala, hoy radicadas ante la Corte de Justicia. El agua no debe ser causa de conflictos internos o internacionales, debe reunir y unir a todos los Estados, naciones, comunidades, pueblos, movimientos sociales e individuos. Para Bolivia, corazón hidrográfico de Sudamérica  este concepto es muy importante: "donde fluye el agua debe fluir la paz".

Hermanas y hermanos, el mundo no sólo es cada año más caliente; cada año es más injusto, más desigual. La brecha entre los que más tienen todo y entre los que no tienen casi nada es cada vez más amplia. Según el informe más reciente de Oxfam ocho personas tienen la misma riqueza que 3.600 millones de personas, es decir, la mitad de la población del planeta. La desigualdad es inmoral, si 800 millones de personas padecen hambre no es porque falta la comida, si millones de niños mueren por una infección no es por falta de medicamentos. Si 1.100 millones de personas no tienen electricidad no es por falta de energía en el mundo, si hay analfabetos no es porque faltan los libros, si hay pobres en el mundo no es por falta de recursos. Producto de las guerras, del terrorismo y de otros conflictos estamos atravesando la peor crisis humanitaria.

Desde la fundación de las Naciones Unidas más de 128 millones de personas requieren asistencia humanitaria en 33 países, más de 65 millones de personas han sido desplazadas forzadamente, más de 22 millones son refugiados. Es el número más alto de toda la historia de la humanidad, más de 10 millones de personas no tienen Estado, hermanas y hermanos esto nos llama la atención. Bolivia condena la construcción de muros y las leyes que pretenden criminalizar a la migración, para ello proponemos la creación de una ciudadanía universal. Esta crisis social y migratoria tienen su origen en el orden mundial dominante que en su voracidad desmedida por el lucro y la apropiación de los bienes comunes genera violencia, promueve desigualdades y destruye a la Madre Tierra.

No se puede responsabilizar al migrante por las crisis económico-financieras, o a la inseguridad; no debemos permitir tampoco que se los criminalice, ningún emigrante es ilegal. Algunos gobiernos lejos de aportar a la solución de las causas estructurales que provocan este fenómeno como las guerras, las consecuencias del cambio climático o las asimetrías económicas entre los estados anuncian mayores restricciones en su política migratoria, expulsiones masivas y la construcción de muros. Los muros van en contra de la historia de la humanidad, los muros mutilan la ciencia y el conocimiento, los muros encierran el alma, encienden el odio a la diferencia, ahogan la libertad.

El pasado mes de junio, en Tiquipaya, Bolivia, representantes de movimientos sociales de 45 países del mundo nos reunimos en la Conferencia Mundial por un Mundo sin Muros hacia la Ciudadanía Universal, en la cual elaboramos propuestas alternativas con una visión humanista, que permita acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes. El hermano Papa Francisco, el mes de agosto de este año, dedicó un documento pastoral a estos cuatro verbos.

Asimismo, hacemos un llamado a los gobiernos del mundo para luchar de manera conjunta contra las redes criminales que trafican con seres humanos; declarar a la trata y tráfico de personas como delito de lesa humanidad y reflexionar sobre la conformación de una Defensoría Mundial que vele por la observancia de sus Derechos Humanos como una instancia de jurisdicción universal. Me permito convocar nuevamente a construir un pacto mundial que sea el puente para avanzar en la tan anhelada Ciudadanía Universal, porque no hay categorías, no hay diferencias entre nacionales y extranjeros, porque todos somos seres humanos hijos de la Madre Tierra.

Hermanas y hermanos, Estados Unidos debe poner fin de manera unilateral e incondicional al injusto bloqueo que por casi 60 años ha causado tanto sufrimiento al pueblo cubano. Es una política injusta y fracasada y por lo tanto debe cesar; las nuevas acciones anunciadas por el presidente Trump significan un recrudecimiento del bloqueo económico financiero y comercial contra Cuba y revierten los avances logrados en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Estados Unidos no solo debe levantar ese bloqueo criminal, sino que debe reparar económicamente por los daños provocados y restituya Guantánamo a la soberanía cubana.

Rindo mi más sentido homenaje a la memoria del comandante Fidel y al comandante Che Guevara, quienes desde esta tribuna nos advirtieron que en el imperio no se confía. Hermanas y hermanos, saludamos los avances en el proceso de paz en Colombia, la consolidación de cese al fuego, la entrega de armas y la incorporación de las FARC a la vida política. Las revoluciones se hacen con votos y la conciencia de los pueblos, y no con balas. América Latina y El Caribe se consolidan como una región de paz. Bolivia condena categóricamente las sanciones unilaterales y las amenazas de ambición del gobierno de Estados Unidos en contra de la República Bolivariana de Venezuela. Nuestra región no es patio trasero de nadie.

Rechazamos también la conducta del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien es un portavoz de los intereses anti latinoamericanos. Expresamos nuestra solidaridad y apoyo al presidente, Nicolás Maduro, y al pueblo venezolano. Saludamos y respaldamos la continuidad del diálogo democrático. Para Bolivia la causa palestina es irrenunciable; condenamos la criminal ocupación israelí sobre territorio palestino; condenamos la construcción de nuevos asentamientos; condenamos las agresiones militares en contra del pueblo palestino. Exigimos que se ponga en efecto la solución de los dos Estados, con un Estado Palestino, con las fronteras previas a 1967 y con Jerusalén Oriental como su capital.  

Condenamos las acciones militares unilaterales e ilegales de Estados Unidos ha desplegado al territorio de la república árabe Siria. Saludamos los esfuerzos del secretario General, de Rusia, de Irán, Turquía, Kazajistán por lograr un alto al fuego y construir en el proceso de negociación de paz, estamos convencidos que de no ser por el intervencionismo no sufriríamos esa guerra. Bolivia condena el desarrollo, fabricación y el uso de todas las armas nucleares o químicas, constituyen una seria amenaza a la paz y a la seguridad y a la vida misma. Exigimos que se evite cualquier salida militar a la situación en la península coreana y que se reanuden cuanto antes las negociaciones que permita resolver ese conflicto de manera pacífica. Está claro que la principal amenaza contra la Madre Tierra, contra el multilateralismo, contra la paz y contra la libertad es el gobierno de Estados Unidos.

Hermanas y hermanos es mi deber informar la situación económica y social de mi país, Bolivia ha consolidado un modelo económico que hace frente exitosamente a la crisis mundial del sistema capitalista. Bolivia lidera el crecimiento económico de nuestra región, hemos recuperado la patria, Bolivia es territorio libre de analfabetismo, territorio libre de bases militares norteamericanas, libre de la DEA y libre de USAID, territorio libre de imposiciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. En la última década hemos reducido la extrema pobreza de 38,2% a 16,8% y para el año 2025 la erradicaremos. Hemos reducido la desigualdad, en 2005 el 10% más rico tenía 128 veces más riqueza que el 10% más pobre; ahora el 10% más rico tiene 46 veces más que el 10 por ciento más pobre.

Bolivia es el segundo país del mundo con el mayor número de mujeres en el Parlamento. Tenemos un compromiso con el multilateralismo, con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, con la resolución pacífica y negociada de los conflictos. En 2003 Bolivia acudió ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya en busca de una solución pacífica a la centenaria demanda que mantenemos pendiente con la República de Chile y que nos permita el ejercicio de nuestro derecho a un acceso soberano al océano Pacifico.

Buscamos una solución que sería tanto de los antecedentes históricos y jurídicos como de la vocación de entendimiento entre pueblos vecinos y hermanos a través de una negociación de buena fe, oportuna y efectiva. Tenemos confianza en las decisiones de la Corte y en un proceso de diálogo y negociación que, a diferencia de la invasión que sufrimos en el pasado, contribuirá a superar diferencias para potenciar nuestra complementariedad, el acceso libre, soberano al océano Pacifico y el buen uso de los recursos naturales compartidos. Agradecemos la solidaridad de muchos Estados, pueblos y líderes que han expresado su apoyo a nuestra causa marítima.

Y aprovecho para solicitar a todos los participantes de esta Asamblea de Estados americanos nos acompañen en este propósito de paz, justicia, que es un desafío irrenunciable para la confraternidad de nuestros pueblos y de las próximas generaciones.

Hermanas y hermanos, cada año que pasa nuestros desafíos se profundizan, los muros no dejan de construirse, la guerra no deja de destruir pueblos y el calentamiento global sigue siendo una amenaza creciente. Si en verdad queremos resolver estos temas, si en verdad queremos representar los interés de nuestros pueblos es imprescindible que los servicios básicos sean reconocidos como Derechos Humanos, que se reconozcan y respeten los derechos de la Madre Tierra, que se emprenda una lucha contra el capitalismo, contra el colonialismo y contra el imperialismo.

Solamente del éxito de esta lucha nacerá un auténtico orden mundial basado en la solidaridad, en la igualdad, en la justicia social y en el respeto de los derechos de los pueblos a la paz y la desarrollo para vivir bien. Muchas gracias.

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