Santiago de Chile 11 de marzo de 2014
Teatro Caupolicán
“Haremos todo lo posible y hasta lo imposible, para que Bolivia logre al fin una salida marítima justa y soberana”.
“Compañeras y compañeros estamos en este acto que hoy se nos muestra lleno de banderas y de puños, donde la unidad entre organizaciones sociales y políticas, entre pueblos hermanos y entre anticapitalistas; es una clara señal de cómo debemos comenzar a construir la Patria Grande.
Estamos acá reunidos latinoamericanos todos pero no solo en este teatro, el color de nuestra tierra recorre hoy como nunca antes el largo y ancho de nuestra América morena, porque somos una sola tierra que ha aprendido de sus múltiples batallas, de sus muertos, de sus tristezas y de sus usurpaciones.
Aprendimos con las luchas del gran Hugo Chávez, de nuestro hermano y amigo Evo Morales, que solo la unidad y la solidaridad de nuestros pueblos realmente nos hará libres.
Seremos breves compañeras y compañeros, estamos aquí los mismos que vienen luchando por siglos, porque somos miles y millones a lo largo de esta tierra, quienes queremos dar una señal clara a quienes hoy asumen un nuevo Gobierno en nuestro país.
A la derecha conservadora, a los golpistas chilenos, aquellos que están salpicados por la sangre de nuestro pueblo que hoy rasgan vestiduras hablando de democracia y justificando a los golpistas venezolanos; los diputados y senadores de derecha y nueva mayoría que quieren negar el legítimo derecho del pueblo boliviano de una salida soberana al mar.
A los Escalonas, a los Walker que nos dicen que convocar a una Asamblea Constituyente es fumar opio, a quienes se roban nuestra agua, nuestro cobre, nuestro mar, queremos mostrarles que estamos unidos, llenos de solidaridad y lealtad entre pueblos hermanos, pero sobre todo decirles a cada uno de ellos que nuestra lucha como latinoamericanos es una lucha de libertad, de emancipación, de siglos de explotación y de usurpación, porque defenderemos la libertad de nuestros pueblos y de nuestra tierra, para que un día podamos abrir las grandes alamedas y puedan entrar al fin la democracia y la justicia que se nos negó por más de 500 años.
En Chile, compañeras y compañeros, estamos aprendiendo a ser parte de este proyecto bolivariano. Hemos comenzado a recuperar nuestro horizonte, nos hemos reencontrado con nuestra historia, porque antes que el Che, antes que Fidel, antes que Allende, antes que Chávez, antes que Evo, por esta tierra caminaron hombres y mujeres que en sus cuerpos tenían inscritas las palabras de libertad y justicia.
Hoy estamos en este espacio colmado de almas jubilosas que corean la palabra dignidad a nombre de nuestros hermanos Lautaro y Caupolicán, de los Rodríguez y Carrera, de nuestros hermanos latinoamericanos, Simón Bolívar, de los Sucre y Miranda, de los José Martí, de las Bartolina Sisa y Túpac Katari, de millones y millones de hombres y mujeres que dieron sus vidas por alcanzar la libertad.
Hemos entendido que la unidad de nuestros pueblos, de nuestras organizaciones políticas y sociales son fundamentales, para levantar una fuerza de lucha y poder en nuestra América morena y por cierto en nuestra patria, hoy cuando a unas cuadras de aquí los conservadores y neoliberales celebran con los empresarios un nuevo periodo político. Nosotros en este espacio juntos, unidos en la lucha y la dignidad, en las ansias de transformación, de justicia y democracia, querremos levantar la bandera de Latinoamérica sin capitales extranjeros que roben nuestros recursos naturales, sin la explotación de nuestros trabajadores y trabajadoras, con educación y salud gratuita, con Asamblea Constituyente y con una salida soberana al mar, para nuestros hermanos bolivianos.
Que se escuche fuerte compañeros, compañeras, que se escuche fuerte: nadie podrá comprar nunca a estos pueblos llenos de amor por su tierra de dignidad y rebeldía tal como dijo alguna vez el comandante Chávez; ya comenzó el amanecer, el alba de la nueva ápoca de liberación y desarrollo, no solo en Venezuela, sino, también en América Latina.
Desde que el pueblo venezolano decidió levantarse y tomar su propio camino de construcción hacia la justicia, la dignidad y la libertad levantando la bandera de la Revolución Bolivariana, la derecha y los conservadores, los capitalistas y neoliberales del mundo han querido engañarnos, diciéndonos que en Venezuela se faltó a la democracia y a la libertad; sin embargo, nosotros desde este espacio les decimos: ¡basta de tanta mentira…!, el pueblo de Venezuela eligió una y mil veces la Revolución Bolivariana.
El Gobierno que hoy encabeza el Presidente Nicolás Maduro fue electo por el pueblo, para el pueblo venezolano y no para las transnacionales que en Chile tienen una nueva Presidenta. Nos quieren decir que en Venezuela no hay democracia, porque no votó por Santos, porque no votó para Rincón, porque no votó Cenco sud, Telefónica o los Lucksic, como sí lo hacen en nuestro país.
Lo hemos dicho fuerte y claro, nunca más permitiremos un golpe de Estado en nuestra América Latina, no lo permitiremos por nuestra dignidad, por la de nuestros hijos y por los miles y miles de muertos que hoy nos llenan de luz este teatro.
El Gobierno encabezado por el Presidente Nicolás Maduro no solo es legítimo porque votaron en las urnas millones de venezolanos, también es legítimo porque gobierna para su pueblo y con el pueblo venezolano, recuperando sus recursos naturales, nacionalizando el petróleo a través de PDVSA, mientras que en Chile se roban nuestro cobre, el agua, el litio y tantos más.
Es legítimo porque ha otorgado al pueblo venezolano educación gratuita y de calidad para niños, jóvenes y adultos sin discriminación alguna, garantizando la educación como un derecho.
Hoy Venezuela es el quinto país en el mundo en matrículas en educación superior y también ha garantizado la salud de millones de venezolanos y ha construido más de 800 mil viviendas hasta el 2013, en definitiva ha llenado de justicia y de dignidad a su pueblo.
Los que estamos aquí tenemos la férrea convicción que la única manera de enfrentar a las fuerzas opresoras y capitalistas, que saquean nuestras tierras, nuestros ríos, nuestro mar, nuestros bosques, es la integración, la organización.
Y construyendo una sola patria, hoy desde este espacio que reboza de unidad, que ha aprendido a nunca más estar separados, que los caminos de convergencia son hoy más necesarios que nunca, hacemos un compromiso con nuestros hermanos bolivianos, como chilenos, pero por sobre todo como latinoamericanos: haremos todo lo posible y hasta lo imposible, para que Bolivia logre al fin una salida marítima justa y soberana, una salida marítima. Para Bolivia es un hecho de justicia, de integración y reciprocidad entre pueblos que comparten una misma historia, que son parte de una misma tierra.
Sabemos que han sido otros extranjeros y capitalistas los que han puesto las fronteras y límites en esta tierra, por eso, no para obtener fallos favorables a Chile, sino, para avanzar en la necesaria integración latinoamericana.
Compañero Evo Morales compartimos los dolores de su tierra y solo podemos decir con fuerza y convicción, por rebeldía y dignidad: ‘¡Mar para Bolivia…! ¡Mar para Bolivia…! ¡Mar para Bolivia…!
Compañeras y compañeros hemos aprendido la experiencia boliviana, hoy sabemos que cualquier proyecto político social y económico en nuestra América morena, debe nutrirse de nuestras culturas ancestrales, llena de sabiduría y respeto por nuestra tierra y por la vida, el proyecto Bolivariano se construye desde cada uno de los pueblos originarios, desde nuestros hermanos Mapuches hasta nuestros hermanos Rapanui, Aymará, Quechua, Araná, Guaraní, Yanomanis y tantos más. La construcción será con ellos y para ellos, porque ya es tiempo de mirar nuestra América sacando tanta ruina que trajeron los colonizadores.
Estamos acá en este rincón del mundo algunos que defienden el proyecto Bolivariano, no somos todos, somos millones en todo el mundo y nuestra defensa es sin dobleces, sin medias tintas, porque no es tiempo de vacilaciones ni de vacilantes, es el tiempo de defender nuestra América, nuestra democracia y nuestra libertad, en este teatro Caupolicán llenas se escuchan las voces de los pasos y los puños de Salvador Allende, de Miguel Enríquez, de Raúl Pelegrin, de Hugo Chávez y tantos otros.
Hoy somos Evo, somos Maduro, Somos Correa, somos Raúl… por la Patria Grande, por Latinoamérica justa, libre, soberana y unida: ¡Arriba los que luchan...!
Muchas gracias compañeros”.
