Fecha: 
Miércoles, 26 Septiembre 2018 - 4:00pm
Nombre de la Persona: 
Evo Morales Ayma - Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia
Discurso: 

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

(ENTRÓ INICIADO)

Ha convocado a sus miembros a debatir acerca de la no proliferación de armas de destrucción masiva; Bolivia es parte de esa región declarada libre de armas nucleares desde hace más de medio siglo.

Por ello, debo recordar el Artículo No. 1 del Tratado Sobre Prohibición de Armas Nucleares.

“Cada Estado se compromete a que nunca y bajo ninguna circunstancia desarrollar, ensayar, producir, fabricar y adquirir de cualquier otro modo poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos nucleares”.

Convoco a todos los Estados alrededor de esta mesa a suscribir, ratificar y poner el efecto inmediato de estas disposiciones; esa es la mejor manera de evitar la catastrófica posibilidad del uso de este tipo de armas. Es un imperativo ético y una deuda con las futuras generaciones.

Hermanas y hermanos del mundo, los Estados miembros del sistema de Naciones Unidas estamos obligados a cumplir con los postulados esenciales de la Carta de 1945, sobre todo el de resolver las controversias internacionales mediante el uso de mecanismos de solución pacífica. En ninguno de estos (casos) cabe el uso de armas de ningún tipo, al contrario, es la negociación, la diplomacia, el diálogo y el arreglo judicial los que deben orientar la actuación de los países.

Bolivia está convencida de que solamente a través de estos medios lograremos sociedades más justas y con responsabilidades compartidas. Tenemos que ser capaces y dejar en el pasado el primitivo uso de las armas entre los pueblos.

Debo destacar como ejemplo la contribución de la Corte Internacional de Justicia, principal órgano jurisdiccional del sistema de Naciones Unidas en la efectiva resolución de disputas entre Estados en diversas latitudes y por diferentes situaciones.

Hermanas y hermanos, estamos convencidos de que es imprescindible debatir no sólo sobre los efectos. sino sobre todo acerca de las causas estructurales de los conflictos bélicos, sobre las verdaderas motivaciones de los quebrantamientos de la paz, la seguridad y la justicia internacionales.

Tomemos como ejemplo a Irán, país al que se ha hecho referencia en la mañana de hoy. En 1953, Estados Unidos financió, organizó y ejecutó un golpe de Estado en contra de un gobierno democráticamente electo que, en ejercicio de su soberanía, nacionalizó su petróleo de manos de una empresa angloestadounidense. Después, por varias décadas, apoyaron a un gobierno autoritario que permitía que las ganancias del petróleo beneficien a empresas transnacionales.

Esa situación se vivió hasta la revolución de 1979, ahora que Irán ha retomado el control de sus recursos es nuevamente víctima de asedio estadounidense.

Bolivia rechaza categóricamente las acciones unilaterales impuestas por el gobierno de Estados Unidos en contra de Irán; asimismo condena el hecho de que Estados Unidos se haya retirado del Plan de Acción integral conjunto, utilizando excusas para continuar con su política de injerencia e intervención en los asuntos internos de ese hermano país.

Hermanas y hermanos del Consejo de Seguridad, nos referimos a la región de Oriente Medio, rica en recursos naturales, pero proporcionalmente afectada por invasiones, guerras y situaciones de agresión injustificada que siguen produciendo dolor y luto en sus pueblos.

Esa región del mundo ha sido escenario de las tres más grandes agresiones cometidas durante el siglo XXI. La primera agresión es la ilegal invasión a Irak basada en una mentira, que ese país poseía armas de destrucción masiva; esa invasión produjo más de un millón de muertos. La segunda agresión es el derrocamiento del gobierno de Libia, con decenas de miles de muertos, con la excusa de razones humanitarias. Como consecuencia subsiste una grave inestabilidad política y una crisis humanitaria en el norte de África.

La tercera agresión, es la guerra civil en Siria que, en los últimos ocho años, ha provocado más de medio millón de muertos; esa guerra es producto directo de la injerencia y el financiamiento de grupos armados y organizaciones terroristas enfrentados al gobierno sirio.

Hermanas y hermanos, en los últimos meses Estados Unidos ha demostrado nuevamente su desprecio al Derecho Internacional, el multilateralismo y los principales propósitos de la Carta de las Naciones Unidas. Cada vez que Estados Unidos invade países lanza misiles o financia cambio de regímenes lo hace acompañado de una campaña de propaganda que reitera que es a nombre de la justicia, la libertad, la democracia, los derechos humanos o por razones humanitarias.

Quiero decirles, a Estados Unidos no le interesa la democracia; si así fuera no habría financiado golpes de Estado y apoyado a dictadores, no amenazaría con intervenciones militares a gobiernos democráticamente electos como lo hace contra Venezuela. No le interesa los Derechos Humanos ni la justicia; si así fuera firmaría los convenios internacionales de protección de los Derechos Humanos o las amenazas a los mecanismos de investigación de la Corte Penal Internacional. No promovería el uso de la tortura, no abandonaría el Consejo de Derechos Humanos y no separaría a niños migrantes de sus familias ni los pondrían en jaulas.

A Estados Unidos no le interesa el multilateralismo, si así fuera no se habrían alejado del Acuerdo de París o del Pacto Global de Migraciones, no lanzaría ataques unilaterales ni decisiones de cómo declarar ilegalmente a Jerusalén como capital de Israel. Ese desprecio al multilateralismo está motivado por su afán del control geopolítico y la apropiación de los recursos naturales.

Hermanas y hermanos, por encima de estas situaciones saludamos a los países  Francia, Alemania, Reino Unido, China, Rusia, que se mantienen firmes en la defensa del acuerdo nuclear firmado con Irán.

A los países que no abandonaron el Acuerdo de París, a los países que defienden los principios de igualdad soberana de los Estados de no injerencia en asuntos internos, de respeto al Derecho Internacional y de respeto a los compromisos asumidos y de defensa del multilateralismo.

La responsabilidad de nuestra generación es entregar un mundo más justo y más seguro a las siguientes generaciones. Eso solamente se conseguirá si es que trabajamos juntos para consolidar un mundo multipolar, con reglas comunes para respetar y defendiendo todas sus amenazas a las Naciones Unidas.

Muchas gracias.

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